miércoles, 26 de agosto de 2015

Residencia Cultural en Pico del Pañueslo

Como comentamos en el último post, este verano hemos vivido una nueva experiencia, en concreto, una estancia de una semana para una residencia cultural en la Colonia de Pico del Pañuelo en Madrid. Esta residencia tiene por objeto la realización de una investigación centrada en la Colonia y en torno a un tema elegido por los residentes.



Nosotros elegimos estudiar la estructura y construcción del barrio. Sin más dilación os dejamos el enlace a la página de Pico del Pañuelo donde podréis descargar nuestro trabajo y ver las numerosas iniciativas que se llevan a cabo allí.


Queremos agradecer  a Pico del Pañuelo y al Colegio de Arquitectos Vasco Navarro el habernos brindado esta oportunidad.

miércoles, 24 de junio de 2015

Actualizándonos en Redes Sociales

Llevamos un tiempo remoloneando, que si hacemos cuenta en facebook, en twitter... que si hay que actualizar más el blog...
Aprovechando el verano y debido a una experiencia que en breve os contaremos nos ha surgido que la necesidad de imbuirnos en las redes sociales es inminente.


Debido a ello, ahora nos podéis seguir en este blog, pero también:

Correo electrónico:              mvarkitektura@gmail.com

Twitter:                                @MVArkitektura

Facebook:                            Mateos Villanueva Arkitektura

Ya hace un año...

El 30 de mayo hizo un año de la inauguración de la escultura Dual, en Donostia, en honor de los donostiarras fallecidos durante la Guerra Civil y en años posteriores.

Queremos daros las gracias a todos (que sois muchos) los que nos decís: "ya me he pasado", "está muy bonita", "¿la escultura de las flores es vuestra?", etc.

A conocidos que estuvistéis ahí en la inauguración y que seguís pasando por la zona.

A alumnos nuestros que nos miráis con cara de "flipaos" y que les contáis a los de la cuadrilla:
 ¿sabes la escultura que está frente al Náutico? Pues la ha hecho mi profe.

Pero de todas toditas las experiencias relacionadas con la escultura de este año, a mí lo que más me emociona es ver a alguna persona (suelen ser ya mayores) que se acerca a dejar unas flores, busca el nombre de su familiar fallecido y guarda silencio, con el ruido de las olas de fondo, como si no hubiera más transeúntes. Es un momento íntimo que no se perturba.
Y después, ese instante se rompe.
Pero cada vez que van, lo recuperan.



Tanto para Tomas como para mí fue un gran honor ganar la posibilidad de crear este monumento para la memoria, y aunque ningún familiar nuestro esté en esos 400 nombres grabados (debido a que no eran donostiarras), nos gusta pensar que de una manera o de otra, rendimos homenaje también a aquellos parientes que sufrieron la guerra de primera mano y en especial a aquellos que perdieron la vida.